Ajustando el rumbo.
Ya no soy la misma, mudé de piel, me he quedado sin rutina, cosas, lugares y espacios que me pertenecían.
Ahora inauguro nuevos reflejos, hago, pienso y digo cosas que juré que yo nunca, que yo jamás, y descubro que las disfruto.
Mis decisiones, a veces son estudiadas, por impulso o corazonada, solo cruzando los dedos.
Sin certezas. Borré de golpe las matemáticas, no busco seguridad, ni creo que siempre deba tener razón.
Agradecida, continúo el viaje sin arrepentimiento, me doy generosa, a mí misma y a los que amo.
Sin angustias, sin que me pese, sin cadenas. Cambié mis carceles por cielos abiertos y divinos amaneceres.
He dejado de extenuarme en la búsqueda inacabable e inútil de lo perfecto, acepto el constante cambio y sus contrastes.
Ya no busco reflejarme en otra mirada, tomé el control, ahora tengo profundos encuentros conmigo, mis manías, y mis genialidades.
Incansable, en la búsqueda de completarme sin pretensiones, me tengo a mi misma, por hoy, con eso me basta. rm