Mi resistencia
Ver esta foto me
ayuda mucho. Yo soy en esta foto, la mas pequeña, la que esta profundamente
dormida, con la mano estirada, vestida con mi traje huichol de pies a cabeza. Atrás
esta mi prima Lucy, Ricardo, y Teto.
Siempre he
guardado esta foto muy cerca de mi. Y siempre ha tenido un significado
distinto, cada vez. Pero igual, también. De más joven, la miraba, y la miraba,
sin entender porque me podía pasar horas regresándome a esa foto. No entendía
muy bien lo que me causaba. Pero era siempre, la idea de verme a mi misma en un
traje indígena, lo que me hacia reflexionar.
El lado de mi
bisabuela, Laya, es ‘mas’ indígena, que el lado de mi mi bisabuelo, Zarco. De niña,
solo se me hacía un tanto raro, ver a mi abuelo Zarco tan blanco de su piel,
con ojos azules. No me gustaba ni me disgustaba. Solo se me hacia raro.
Conforme fui creciendo, entendí ideas de mi misma y de mi familia, que fui
internalizando. El que me dijeran en la primaria que parecía de ‘Oaxaca’ por mi
color de piel. Y que yo misma creyera, que eso era algo motivo
de vergüenza. El que se burlaran un tanto, porque mis facciones son mas indígenas
que ‘europeas’, no lo entendía. Pero me hería.
He sido afortunada
de escuchar historias en mi familia. He sido afortunada, de que a mi madre, mis
tíos, han sabido contar sus historias también. Gracias a esas historias he
entendido el porqué de la discriminación, en mi niñez, en mi propia familia. Y esto
me ayudado a ver la discriminación y a entenderla de una manera mas abierta,
mas compasiva, en donde los culpables, solo han sido nuestra propia ignorancia,
las influencias de la colonización, el machismo que eso nos dejo, y las ideas catastróficas
de creernos menos, o mas, por nuestra apariencia física.
Estas historias no
han terminado. Historias de violencia en las que que mi abuelito Chuy decía, ‘Laya
se lo busco, por haberse casado con un hombre guapo.’ Mi bisabuelo no era
culpable de creer menos a mi abuela Laya, por ser más indígena. Ni era culpable
de creer que ella merecía golpes, malos tratos e indiferencia, por el ser ‘blanco.’
La única culpa es de la historia. Historias torcidas que nos han hecho creernos
menos. Historias de poder en los que todos salimos perdiendo.
La resistencia en
mi se hereda. Somos de Nayarit y la resistencia de nuestros hermanos Huicholes
me ayudado a resistir.
Esta foto y el
recordar mis raíces indígenas y lo orgullosa que me siento de venir de donde
vengo, me ayuda, a resistir, para vivir.
Hoy agradezco
haber experimentado este tipo discriminación. Una discriminación muy ‘sublime’
que me ayudado a ser mas sensible. Y que me ayudado a sentir un poquito mas, lo
que mis hermanos de las comunidades indígenas, han pasado por tanto tiempo
injusto e innecesario.
A veces me siento
furica. A veces me siento inspirada. A veces conmovida. Pero sentir estas cosas
ayuda a seguir luchando, y seguir intentando hablar por lo que creo. Hoy más
que nunca, siento que cada parte de mi cuerpo y de mi mente, se descoloniza. Y siento
que este proceso empezó desde ese día, ahí, tirada en esa mesa, con el orgullo
que muchos me prestaron con esa vestimenta.
El orgullo es lo
que me mantiene. Que porque me enojo a veces? Porque no soy indiferente a la discriminación
y a la tristeza? Porque fui y soy afortunada de ser parte de todo, de mi
pasado. Quienes de mis abuelos fueron más o menos indígenas? Que tanto lo soy yo?
Yo lo soy, porque me duele el dolor. Me duele
el dolor histórico que la historia ha subyugado a unos mas que a otros. Por ese
dolor sigo creyendo. Tengo fe en un dolor mejor.
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