El tiempo al compás
El respiro es audaz, no me obedece
Sus lamentos no conmueven
Se alejan del vientre
Nada se contiene
en ese largo y continuo aullido
me muerde lo prohibido
dos respiros, ya no es uno
lo alargo, lo subyugo.
Lo que se espera: un presagio
Un recuerdo en voz alta, permanente
Como mi paso de laureles.
Tan efímero como el vacío.
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