Una de las niñas que habitaba en mi cuando niña, hoy se sintió triunfadora. “te gane” me susurraba con el lenguaje que las lagrimas en mis ojos emanaban. La mujer de hoy, esta que soy, que se cree plena, tartamudeo. Se encerró en un rinconcito del baño mientras veía a otras retocándose las lagrimas invisibles que las mueven. Salio después, con la frente en alto, con la cara lavada, con una maleta menos que cargar, con una pena desahogada. Esta mujer se reunió con una de las personalidades que hace mucho había olvidado ser. Esta mujer se ha vuelto irreprochable. Poco culpable. Las lagrimas no llevan llaves, siguen rondando, loquitas, bipolares.
No comments:
Post a Comment