Querida, no te defendí nunca. Te vi. pasar con algunos miedos encima y baje la vista. Seguí caminando a medias, pero sin saber a donde. Sin reconocer realmente el lugar en el que te dejaba, fatídico. Cuando de vez en cuando me llama la nostalgia, me roza tu `cadencia, tu ternura, tu inocencia. Despierto y me convenzo absorta que ella no esta perdida. Infancia, sombra querida, no defendí pero sigues aquí, creciendo conmigo.
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