Jun 10, 2007

La noche empezaba con regalos de lado a lado. Del beso hasta el colchón incendiamos el diario que le regale y las dos flores blancas que debo siempre tener a mi lado. Me senté a su lado y me dispuse a oír palabras bonitas y hasta dejarme robar más de un beso. Pasó más de media hora y ni las palabras ni el beso se dejaban ver. Jamás se me ocurrió ser yo la que podía iniciar, molestarlo con mis manos frías. Así empezaron a llegar las horas de la madrugada hasta que me percate de que suspiraba enjugándose palabras. Se abrió el corazón y me lo dio. Me dio también su signo chino del amor. Acepte todo y después le dije que me hace sentir querida, hermosa y protegida. El me dijo que eso es confianza. El opina que hay una brecha muy difícil para algunas personas entre el amor y la confianza. Que yo confió en el pero no lo amo. Y el en cambio, me ama pero no confía en mi. Estuve de acuerdo en la primera parte. Mi confianza aumenta en escala de lo que el amor reclama. Y en eso si difiero. Porque yo si lo amo, pero no como el percibe el amor. O como nadie lo percibe. El ama por amar porque es un sonador que cose cicatrices abiertas con sentimientos nuevos; pues piensa que eso enmendara todo el dolor viejo. Y yo, sin embargo, amo a escalas. A miniaturas, a pedacitos de los rompecabezas que cada quien deja al descubierto de si mismo. Las personas enteras que me invento. Que aunque me quejaba, amo de el ese gesto suyo de distinguir mi aroma desde un metro de distancia. De seguirme con su olfateo sin descanso y después, como premio, venerar mi foto desde lo alto. Ame desde el primer momento la percepción que tiene de mi cara. El como, por medio de sus dibujos entiendo que le gustaría que yo fuera árabe o aunque sea mitad japonesa; pero eso no importa. Porque el me acepta como sea. El no es como yo. Amo que dibuje mi cara en sus poesías. Que dibuje sus heridas y el plan que le susurre al oído para curarlas. Amo aunque me queje, el hacer horas extras como consejera. Original cliente.
Que no quiera pensar cuando esta conmigo para no meterse en problemas es lo mas inteligente que alguien a hecho a mi lado.
Es una pena que me haya escuchado esa noche cuando le pedí que hablara. Olvide advertirle que era luna llena.
La ansiedad invade el único café de este domingo. La invasión de la soledad invade mi domingo.
Por eso le escribo (para variar) al vacio, para vomitar la ansiedad de las preocupaciones urgentes. Hoy no me queda de otra que esperar el presente.

The lesser blessed

I have to tell you something, I said, I’m not going to lie, I have to tell you I have this god-shaped hole in my  heart, and I think you do ...