Sep 1, 2007

Hoy me detuve en los momentos que parecían tan efímeros y para el eternos; momentos en que el regalarme su corazón era uno de tantos pequeños detalles de aburrimiento nocturno. Demostrar a través de un collar el amor, como signo chino. Lo que el nunca supo es que a mi los signos me duran muy poco; no se usarlos ni degerirlos; solo los uso como medio en el que aprovecho para cerrar ciclos de sentimientos. Toque el collar y recordé ese día en la playa mientras escalábamos un árbol yo lo abrazaba y él, poco a poco abandonada el temblor interno que ha cargado por años. Hizo un tatuaje en uno e los brazos del árbol, en el derecho. Yo inicié un beso. Fin del romanticismo que no temo.
La decisión de separarnos fue mi idea sugerida por el. La inicio porque me empezó a querer. Empezó a corromper todo aquello tan libre de ese día en el árbol. Tatuajes en el árbol, mi cabello al aire, el sin llamarme. Todo apuntaba bien hasta que un día decidió ponerme los pies sobre la tierra. Ironía revertida.
No me culpo a mi. Culpo a mis sentidos por ser tan sentidos.
Antes de colgar me dice algo que hubiera deseado jamás escuchar, por eso no pienso repetirlo con mis letras. No estuve triste. No me dio pena. No se me da. Lastima que no soy buena para odiar. Lástima que no soy fatal.
Llegaste a mi cansado, apedreado por la vida en la que ya no creías. Cansado por los estimulantes que te hicieron alucinar tragedias efímeras. Lo que ignoras es que yo misma soy una tragedia, viva. Conmigo vivirías y eso es terrible, trágico.

The lesser blessed

I have to tell you something, I said, I’m not going to lie, I have to tell you I have this god-shaped hole in my  heart, and I think you do ...