Ignoro porque pero pienso tu piel. Ebano, lisa y perfecta que si fuera blanca me reflejaria en ella. Con tantas marcas que me leo que no hace falta que me cuentes nada. Se que por te niegas a hablar. dejas que tu cuerpo hable. Tu cuerpo guía, con distintas lenguas. Tu presión, tus nervios, Tu todo que proyectas por medio de los dedos de tus pies. Tu banda negra en la cabeza que me hace sentir en una película caribeña.
La forma en que me dices que mis abrazos no cambian. Que mi forma de abrazar no inmuta, que siempre es la misma pase lo que pase en el intervalo de soltarte. Y yo siempre te digo que "lo se". Y pienso que no es la primera vez que alguien me decia eso, o que yo intuía que querían hacerlo. Dicen que yo abrazo con mis brazos muy juntos y que hago una casita con ellos alrededor de la nuca o la cabeza. Que abrazo como una niña abraza a su padre.
Y pese a que para ti el hablar no es lo principal, me gusto que te dieras cuenta de trivialidades como lo es la forma en que abrazo o que miro sin mirar.
O quiza me estoy enamorando de la distancia que nos separa. Será que al hacerce todo irreal, ¿me comienza a gustar? Con suerte para ti si. Por desgracia para ambos, mi viaje esta a algunos días de acabar. Y se terminará junto con el la distancia, esa que me ayuda a doblegar mi voz tras tu contestadora, o que me ayuda a formarme imagenes idealisticas de hombres que esperan. imagenes burdas.
Pero hoy, sirvan estas líneas para dejar por escrito que me gusta recorrer marcas y que la tuya, siempre quedará en algún poro de mi, tu altar. Todo quedará, pese a que cuando regrese, no regrese.
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